Pese a cuestionamientos sobre la coalición encabezada por PAN y PRD, e integrada además por Convergencia y PT, para Clemente Jesús López, analista político, las posibilidades para ésta se abren ante los problemas que arrastran el gobierno ulisista y el priismo oaxaqueño.
En medio de una incipiente guerra de declaraciones y encuestas, los comicios de este año en el estado transitan en la polarización política, ante un priismo con 80 años en el gobierno local y una cuestionada coalición de la oposición.
Pese a cuestionamientos sobre la coalición encabezada por PAN y PRD, e integrada además por Convergencia y PT, para Clemente Jesús López, analista político, las posibilidades para ésta se abren ante los problemas que arrastran el gobierno ulisista y el priismo oaxaqueño.
Recordó que si bien es cierto que el conflicto político social de 2006 puso en vilo la gobernabilidad en la administración de Ulises Ruiz, lo cierto es que sus "resultados catastróficos" pusieron al gobernador en una posición fortalecida ante sus adversarios políticos.
Esto, "prácticamente le hizo tener el juego de la sucesión gubernamental en absoluto control", indicó, sin hablar de las 152 alcaldías regidas por el sistema de partidos que habrán de renovarse, al igual que el Congreso local, donde hoy presume una mayoría de 25 diputados de los 42 que lo componen.
"La profunda división y desconfianza en que estaba sumida la oposición política antes, durante y después del conflicto, el entreguismo de muchos de sus dirigentes.
"La falta de vocación para disputar el poder y la indefinición ideológica de la oposición, le permitían al gobernador trabajar la sucesión gubernamental como un asunto meramente doméstico", explicó.
Por otro lado, agregó, la Sección 22 del SNTE, convertida durante 2006 en el gran "coco" del gobierno ulisista, "se encontraba en pleno reflujo político, dividida y apática, desencantada de las organizaciones sociales de la APPO que se colgaron en 2006 de su fuerza numérica".
Estas mismas organizaciones, dijo, "una vez sentadas a la mesa de las distribuciones de proyectos productivos y apoyos clientelares, abandonaron al magisterio a su suerte", sólo pudieron sobrevivir aquellas organizaciones con más estructura, principios, formación de sus núcleos dirigentes y objetivos más definidos.
No obstante, este panorama cambió drásticamente para el priismo y el gobierno ulisista, dados los "flujos y reflujos políticos, los vaivenes de la economía y la inestabilidad social, combinada con la creciente y brutal inseguridad que priva en Oaxaca".
Estos hechos, añadió, generaron conciencia en la sociedad y en sus principales actores, quienes, encabezados por un pequeño grupo de dirigentes en los tres principales partidos de la izquierda opositora -PRD, PT y Convergencia- han trabajado para construir una alianza entre ellos y el PAN.
Paradójicamente, a esta alianza se sumaron cuestionamientos al interior del mismo perredismo nacional, por la posible coalición con sus opuestos ideológicos del PAN, así como críticas de actores políticos del priismo nacional, quienes la señalaron como una incongruencia.
En no pocas ocasiones, Carlos Moreno Alcántara, líder del PAN en la entidad, ha defendido la coherencia de esta alianza que avanza con rapidez hacia su registro, en febrero próximo, dado que "se han buscado las coincidencias, y no ahondar en las diferencias".
Con argumentos, como la necesidad de transitar hacia la democracia, así como regímenes transparentes y de rendición de cuentas, perredistas y panistas han amparado esta coalición que muestra un grado de avance significativo, de acuerdo con sus dirigencias.
Aunque a la fecha se han dado a conocer un par de encuestas, lo cierto es que aún no se observa una tendencia clara sobre alguno de los aspirantes a la gubernatura.
En ello hacen acto de presencia el senador con solicitud de licencia, el convergente Gabino Cué, lo mismo que los priistas Adolfo Toledo, senador; Eviel Pérez Magaña, diputado federal, y José Antonio Hernández Fraguas, edil capitalino.
La Universidad Vasconcelos, con sede en esta capital, por ejemplo, dio a conocer los resultados de una encuesta aplicada hace algunos meses, en la que aseguró que "un año antes de la elección, el político mejor posicionado para gobernador es Gabino Cué Monteagudo".
Otras encuestas recientes, como la publicada por la firma Baselice y Associates coloca también al convergente Gabino Cué en una buena posición en la intención del voto, con 34 por ciento de ésta, apenas arriba del senador Toledo, con 30 por ciento en la intención del voto.
Ante tales estudios, el representante del PRI ante el Instituto Estatal Electoral, Elías Cortés López, aseguró que su partido no se siente amenazado por una posible alianza que calificó como "especulaciones", así como tampoco por los aspirantes a la gubernatura que hasta la fecha se manejan.
De igual forma, defendió la posición actual del PRI en el estado, donde "el descontento es sólo una percepción subjetiva", ya que "lo que nosotros vemos al interior del estado es gente comprometida con los programas sociales del gobierno del estado".
Oaxaca, Oax.
En medio de una incipiente guerra de declaraciones y encuestas, los comicios de este año en el estado transitan en la polarización política, ante un priismo con 80 años en el gobierno local y una cuestionada coalición de la oposición.
Pese a cuestionamientos sobre la coalición encabezada por PAN y PRD, e integrada además por Convergencia y PT, para Clemente Jesús López, analista político, las posibilidades para ésta se abren ante los problemas que arrastran el gobierno ulisista y el priismo oaxaqueño.
Recordó que si bien es cierto que el conflicto político social de 2006 puso en vilo la gobernabilidad en la administración de Ulises Ruiz, lo cierto es que sus "resultados catastróficos" pusieron al gobernador en una posición fortalecida ante sus adversarios políticos.
Esto, "prácticamente le hizo tener el juego de la sucesión gubernamental en absoluto control", indicó, sin hablar de las 152 alcaldías regidas por el sistema de partidos que habrán de renovarse, al igual que el Congreso local, donde hoy presume una mayoría de 25 diputados de los 42 que lo componen.
"La profunda división y desconfianza en que estaba sumida la oposición política antes, durante y después del conflicto, el entreguismo de muchos de sus dirigentes.
"La falta de vocación para disputar el poder y la indefinición ideológica de la oposición, le permitían al gobernador trabajar la sucesión gubernamental como un asunto meramente doméstico", explicó.
Por otro lado, agregó, la Sección 22 del SNTE, convertida durante 2006 en el gran "coco" del gobierno ulisista, "se encontraba en pleno reflujo político, dividida y apática, desencantada de las organizaciones sociales de la APPO que se colgaron en 2006 de su fuerza numérica".
Estas mismas organizaciones, dijo, "una vez sentadas a la mesa de las distribuciones de proyectos productivos y apoyos clientelares, abandonaron al magisterio a su suerte", sólo pudieron sobrevivir aquellas organizaciones con más estructura, principios, formación de sus núcleos dirigentes y objetivos más definidos.
No obstante, este panorama cambió drásticamente para el priismo y el gobierno ulisista, dados los "flujos y reflujos políticos, los vaivenes de la economía y la inestabilidad social, combinada con la creciente y brutal inseguridad que priva en Oaxaca".
Estos hechos, añadió, generaron conciencia en la sociedad y en sus principales actores, quienes, encabezados por un pequeño grupo de dirigentes en los tres principales partidos de la izquierda opositora -PRD, PT y Convergencia- han trabajado para construir una alianza entre ellos y el PAN.
Paradójicamente, a esta alianza se sumaron cuestionamientos al interior del mismo perredismo nacional, por la posible coalición con sus opuestos ideológicos del PAN, así como críticas de actores políticos del priismo nacional, quienes la señalaron como una incongruencia.
En no pocas ocasiones, Carlos Moreno Alcántara, líder del PAN en la entidad, ha defendido la coherencia de esta alianza que avanza con rapidez hacia su registro, en febrero próximo, dado que "se han buscado las coincidencias, y no ahondar en las diferencias".
Con argumentos, como la necesidad de transitar hacia la democracia, así como regímenes transparentes y de rendición de cuentas, perredistas y panistas han amparado esta coalición que muestra un grado de avance significativo, de acuerdo con sus dirigencias.
Aunque a la fecha se han dado a conocer un par de encuestas, lo cierto es que aún no se observa una tendencia clara sobre alguno de los aspirantes a la gubernatura.
En ello hacen acto de presencia el senador con solicitud de licencia, el convergente Gabino Cué, lo mismo que los priistas Adolfo Toledo, senador; Eviel Pérez Magaña, diputado federal, y José Antonio Hernández Fraguas, edil capitalino.
La Universidad Vasconcelos, con sede en esta capital, por ejemplo, dio a conocer los resultados de una encuesta aplicada hace algunos meses, en la que aseguró que "un año antes de la elección, el político mejor posicionado para gobernador es Gabino Cué Monteagudo".
Otras encuestas recientes, como la publicada por la firma Baselice y Associates coloca también al convergente Gabino Cué en una buena posición en la intención del voto, con 34 por ciento de ésta, apenas arriba del senador Toledo, con 30 por ciento en la intención del voto.
Ante tales estudios, el representante del PRI ante el Instituto Estatal Electoral, Elías Cortés López, aseguró que su partido no se siente amenazado por una posible alianza que calificó como "especulaciones", así como tampoco por los aspirantes a la gubernatura que hasta la fecha se manejan.
De igual forma, defendió la posición actual del PRI en el estado, donde "el descontento es sólo una percepción subjetiva", ya que "lo que nosotros vemos al interior del estado es gente comprometida con los programas sociales del gobierno del estado".
Oaxaca, Oax.
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