En un estado afectado por embates de fenómenos climatológicos y que en últimos meses ha sido testigo de diversos hechos delictivos, los partidos políticos también viven este proceso electoral de manera incierta y divididos.
En medio de disputas y descalificaciones por lograr simpatías o supremacía, priistas, panistas y perredistas enfrentan la carrera rumbo a los comicios del 4 de julio en Veracruz, donde se renovarán la gubernatura, Congreso local y 212 alcaldías.
En un estado afectado por embates de fenómenos climatológicos y que en últimos meses ha sido testigo de diversos hechos delictivos, los partidos políticos también viven este proceso electoral de manera incierta y divididos.
Los partidos de oposición no lograron tejer una alianza, pese a reconocer que sin su integración son menores las posibilidades de arrebatarle la gubernatura del estado al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Las diferencias ideológicas entre los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), que se nutren de los desencuentros entre los liderazgos locales, impidieron concretar una alianza entre ambos, por lo cual el panismo iría solo a la contienda; mientras, PRD, Convergencia y PT gestan su alianza tradicional.
Por lo tanto, la contienda se centra al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha gobernado la entidad por más de ocho décadas y que, sin embargo, está bajo la amenaza de una ruptura por las diferencias para determinar a su posible abanderado.
Hay un sector del partido, encabezado por el actual mandatario estatal, Fidel Herrera, que pese a haber señalado en múltiples ocasiones que respetará la ley electoral, es cuestionado por su presunto apoyo hacia el aspirante Javier Duarte de Ochoa.
En otra parte de la disputa interna priista, se encuentra un grupo que se ha manifestado en contra del considerado "aspirante oficial", encabezado por personajes con intenciones de ser abanderados por el PRI, como lo son Héctor Yunes Landa, José Yunes Zorrilla y Ranulfo Márquez Hernández.
Mientras tanto, Acción Nacional vive un conflicto interno por las diferencias entre corrientes políticas que impulsan al director del ISSSTE, Miguel Angel Yunes; al ex director de Pemex-Refinación, Juan Bueno Torio, y al ex candidato a la gubernatura, Gerardo Buganza, para ser el abanderado en la próxima contienda.
En tanto, el PRD aún lucha por salir de sus conflictos internos y recuperar el paso en la carrera electoral, para junto con Convergencia y el PT lograr mantener los espacios políticos que ha obtenido en el estado.
A estas alturas, el PRI y el PAN han renovado sus respectivos comités municipales, entregaron los nombramientos a sus consejeros, realizan campañas de afiliación, y ventilan los nombres de sus aspirantes para el proceso electoral que se avecina.
La carrera electoral de este año se da en tiempos donde la entidad ha sido testigo de diversos fenómenos naturales y hechos delictivos, en donde los distintos partidos intercambian acusaciones de desvío de recursos, manipulación de la pobreza y actos anticipados de campaña.
En este contexto, el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) ha llamado a la civilidad y en múltiples ocasiones ha resaltado que como árbitro en los comicios utilizará todos los elementos a su alcance para buscar garantizar una elección transparente y apegada a la ley.
Sin embargo, los partidos políticos hacen oídos sordos a estos llamados, y continúan las denostaciones para desprestigiar al rival frente a los ojos del electorado, mientras exaltan sus virtudes, para ganar simpatías.
Rumbo al proceso electoral del 4 de julio, el común denominador ha sido utilizar las desgracias naturales, por ejemplo, las lluvias que afectaron a la entidad durante el mes de noviembre del año pasado, hecho que es utilizado por la administración estatal de filiación priista para poner en tela de juicio los apoyos federales.
Mientras tanto, los partidos de oposición hacen escarnio de la actuación del gobierno estatal para hacer frente a este tipo de fenómenos, además de señalar que la administración ha sido ineficaz para abatir la inseguridad que ha privado en el estado.
Los partidos de oposición han llamado a la administración de Fidel Herrera a "sacar las manos" del proceso electoral y han manifestado su inconformidad por el uso en diversos programas de artículos de color rojo o la utilización de la frase "Fidelidad".
Por su parte, la administración priista ha reiterado que respetará la voluntad de los veracruzanos y se mantendrá al margen del proceso, y ante programas como Oportunidades o Procampo, mantiene su exhorto a que haya un correcto blindaje para evitar suspicacias a lo largo de esta carrera electoral.
Xalapa, Ver.
En medio de disputas y descalificaciones por lograr simpatías o supremacía, priistas, panistas y perredistas enfrentan la carrera rumbo a los comicios del 4 de julio en Veracruz, donde se renovarán la gubernatura, Congreso local y 212 alcaldías.
En un estado afectado por embates de fenómenos climatológicos y que en últimos meses ha sido testigo de diversos hechos delictivos, los partidos políticos también viven este proceso electoral de manera incierta y divididos.
Los partidos de oposición no lograron tejer una alianza, pese a reconocer que sin su integración son menores las posibilidades de arrebatarle la gubernatura del estado al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Las diferencias ideológicas entre los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), que se nutren de los desencuentros entre los liderazgos locales, impidieron concretar una alianza entre ambos, por lo cual el panismo iría solo a la contienda; mientras, PRD, Convergencia y PT gestan su alianza tradicional.
Por lo tanto, la contienda se centra al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha gobernado la entidad por más de ocho décadas y que, sin embargo, está bajo la amenaza de una ruptura por las diferencias para determinar a su posible abanderado.
Hay un sector del partido, encabezado por el actual mandatario estatal, Fidel Herrera, que pese a haber señalado en múltiples ocasiones que respetará la ley electoral, es cuestionado por su presunto apoyo hacia el aspirante Javier Duarte de Ochoa.
En otra parte de la disputa interna priista, se encuentra un grupo que se ha manifestado en contra del considerado "aspirante oficial", encabezado por personajes con intenciones de ser abanderados por el PRI, como lo son Héctor Yunes Landa, José Yunes Zorrilla y Ranulfo Márquez Hernández.
Mientras tanto, Acción Nacional vive un conflicto interno por las diferencias entre corrientes políticas que impulsan al director del ISSSTE, Miguel Angel Yunes; al ex director de Pemex-Refinación, Juan Bueno Torio, y al ex candidato a la gubernatura, Gerardo Buganza, para ser el abanderado en la próxima contienda.
En tanto, el PRD aún lucha por salir de sus conflictos internos y recuperar el paso en la carrera electoral, para junto con Convergencia y el PT lograr mantener los espacios políticos que ha obtenido en el estado.
A estas alturas, el PRI y el PAN han renovado sus respectivos comités municipales, entregaron los nombramientos a sus consejeros, realizan campañas de afiliación, y ventilan los nombres de sus aspirantes para el proceso electoral que se avecina.
La carrera electoral de este año se da en tiempos donde la entidad ha sido testigo de diversos fenómenos naturales y hechos delictivos, en donde los distintos partidos intercambian acusaciones de desvío de recursos, manipulación de la pobreza y actos anticipados de campaña.
En este contexto, el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) ha llamado a la civilidad y en múltiples ocasiones ha resaltado que como árbitro en los comicios utilizará todos los elementos a su alcance para buscar garantizar una elección transparente y apegada a la ley.
Sin embargo, los partidos políticos hacen oídos sordos a estos llamados, y continúan las denostaciones para desprestigiar al rival frente a los ojos del electorado, mientras exaltan sus virtudes, para ganar simpatías.
Rumbo al proceso electoral del 4 de julio, el común denominador ha sido utilizar las desgracias naturales, por ejemplo, las lluvias que afectaron a la entidad durante el mes de noviembre del año pasado, hecho que es utilizado por la administración estatal de filiación priista para poner en tela de juicio los apoyos federales.
Mientras tanto, los partidos de oposición hacen escarnio de la actuación del gobierno estatal para hacer frente a este tipo de fenómenos, además de señalar que la administración ha sido ineficaz para abatir la inseguridad que ha privado en el estado.
Los partidos de oposición han llamado a la administración de Fidel Herrera a "sacar las manos" del proceso electoral y han manifestado su inconformidad por el uso en diversos programas de artículos de color rojo o la utilización de la frase "Fidelidad".
Por su parte, la administración priista ha reiterado que respetará la voluntad de los veracruzanos y se mantendrá al margen del proceso, y ante programas como Oportunidades o Procampo, mantiene su exhorto a que haya un correcto blindaje para evitar suspicacias a lo largo de esta carrera electoral.
Xalapa, Ver.
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