Cuauhtémoc Cárdenas acusó a Jesús Ortega, líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de no tener el valor de aplicar las normas internas contra los perredistas que operaron en favor de otros organismos políticos en la elección del 5 de julio
Cuauhtémoc Cárdenas acusó a Jesús Ortega, líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de no tener el valor de aplicar las normas internas contra los perredistas que operaron en favor de otros organismos políticos en la elección del 5 de julio.
Dejó claro que no se siente identificado con la dirigencia perredista, y dijo no tener respeto por líderes que no se atreven a hacer valer sus propias facultades con el fin de darle legalidad a su presencia al frente de ese partido. Sostuvo que no se trata de un asunto personal.
Entrevistado antes de viajar a Budapest, donde participará en la reunión de la Internacional Socialista, el llamado “líder moral” del PRD soltó: “Como dirigentes del partido no me merecen respeto, me merecen respeto como personas…”.
Se deslegitiman solos
Pidió a los perredistas hacer sentir a la dirección de ese partido cuál es el sentir de cada uno de los militantes: “Si les gusta estar representados por quien se deslegitima con sus acciones, o quieren tener una representación que dignifique sus propios compromisos con el partido”.
Insistió en que el PRD debe partir de cero, en la necesidad de que renuncie toda la dirigencia, se disuelva su Consejo Nacional y se terminen los “grupos de presión” llamados corrientes para comenzar como “si se fundara un nuevo partido”.
Indicó que si el PRD se mantiene sin cambios entonces su votación será cada vez menor. “Si no se toman medidas para reposicionar al partido, para devolverle confianza a los electores para que vean al PRD como opción, si no hay legitimidad interna, no sé qué pueda pretenderse”, atajó.
Advirtió que compañeros de su lucha histórica para la formación del PRD, como Ifigenia Martínez, han dejado de ser perredistas al asumirse como candidatos de otros partidos.
“Quisiera que la dirigencia del partido restituyera la legalidad interna para que pueda tener el respeto de los militantes, para que podamos respetar a la dirección del partido; lo demás cada quien decidirá lo que tenga que hacer.
Sí saben leer
“Yo no me siento ya en este momento representado por una dirección que no tiene el valor simplemente de hacer valer la legalidad interna. Ni estoy pidiendo que se vayan ni estoy pidiendo irme, simplemente no me representa”, advirtió.
Subrayó que no asistió a la reunión del pasado fin de semana en Morelia porque al final fue excluyente al no invitarse a ex gobernadores, ex líderes partidistas. “Hubo presencias que no habían sido anunciadas, pero sobre todo hubo ausencias, porque no fueron invitados por la dirección del partido”.
Indicó que no entregará su posición formalmente a la dirigencia de su partido, pues indicó: “Saben leer, no creo que haya falta ir a leérselas ahí”. Dijo que “el grupo que me visitó (el 7 de julio) había quedado de tomar decisiones que no tomó… para qué pierdo el tiempo en ir a discutir con ellos”.
Dijo: “En este caso primero hay que pensar en quienes diciéndose miembros del PRD jugaron en contra del PRD, eso es lo que más me preocupa, y hay responsabilidades que tienen que cuidarse”. México, D.F./Francisco Reséndiz (El Universal)
Dejó claro que no se siente identificado con la dirigencia perredista, y dijo no tener respeto por líderes que no se atreven a hacer valer sus propias facultades con el fin de darle legalidad a su presencia al frente de ese partido. Sostuvo que no se trata de un asunto personal.
Entrevistado antes de viajar a Budapest, donde participará en la reunión de la Internacional Socialista, el llamado “líder moral” del PRD soltó: “Como dirigentes del partido no me merecen respeto, me merecen respeto como personas…”.
Se deslegitiman solos
Pidió a los perredistas hacer sentir a la dirección de ese partido cuál es el sentir de cada uno de los militantes: “Si les gusta estar representados por quien se deslegitima con sus acciones, o quieren tener una representación que dignifique sus propios compromisos con el partido”.
Insistió en que el PRD debe partir de cero, en la necesidad de que renuncie toda la dirigencia, se disuelva su Consejo Nacional y se terminen los “grupos de presión” llamados corrientes para comenzar como “si se fundara un nuevo partido”.
Indicó que si el PRD se mantiene sin cambios entonces su votación será cada vez menor. “Si no se toman medidas para reposicionar al partido, para devolverle confianza a los electores para que vean al PRD como opción, si no hay legitimidad interna, no sé qué pueda pretenderse”, atajó.
Advirtió que compañeros de su lucha histórica para la formación del PRD, como Ifigenia Martínez, han dejado de ser perredistas al asumirse como candidatos de otros partidos.
“Quisiera que la dirigencia del partido restituyera la legalidad interna para que pueda tener el respeto de los militantes, para que podamos respetar a la dirección del partido; lo demás cada quien decidirá lo que tenga que hacer.
Sí saben leer
“Yo no me siento ya en este momento representado por una dirección que no tiene el valor simplemente de hacer valer la legalidad interna. Ni estoy pidiendo que se vayan ni estoy pidiendo irme, simplemente no me representa”, advirtió.
Subrayó que no asistió a la reunión del pasado fin de semana en Morelia porque al final fue excluyente al no invitarse a ex gobernadores, ex líderes partidistas. “Hubo presencias que no habían sido anunciadas, pero sobre todo hubo ausencias, porque no fueron invitados por la dirección del partido”.
Indicó que no entregará su posición formalmente a la dirigencia de su partido, pues indicó: “Saben leer, no creo que haya falta ir a leérselas ahí”. Dijo que “el grupo que me visitó (el 7 de julio) había quedado de tomar decisiones que no tomó… para qué pierdo el tiempo en ir a discutir con ellos”.
Dijo: “En este caso primero hay que pensar en quienes diciéndose miembros del PRD jugaron en contra del PRD, eso es lo que más me preocupa, y hay responsabilidades que tienen que cuidarse”. México, D.F./Francisco Reséndiz (El Universal)
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