¿Qué tan verde es el Partido Verde? Analistas aseguran que es todo menos un partido político comprometido con la ecología. Somos 100% ambientalistas, responde el PVEM
El “Partido Verde” en México es todo menos un instituto político ecologista vinculado con la sociedad que defiende las causas ambientales, como sus contrapartes de Europa o de América Latina
Expertos y ambientalistas coinciden que el Verde es una “franquicia familiar” supeditada a intereses políticos de sus aliados electorales. “Es negocio familiar” que se ha aprovechado de sus alianzas y la ingenuidad de la sociedad por medio de propaganda ilegal para ganar posiciones en el Congreso, indican el analista Alfonso Zárate y el politólogo Sergio Aguayo.
Desde su fundación en 1986 bajo el mando del ex priísta Jorge González Torres, ese instituto político ha tenido un comportamiento basado en el pragmatismo de aprovechar a sus aliados, subraya Zárate Flores.
“En el 2000 fueron con el presidente Vicente Fox (PAN); de 2003 a la fecha han ido acompañando al PRI. Es decir, ha sido oportunista en cada elección”, añade.
Desde antes de los comicios del pasado 5 de julio, el partido que encabeza Jorge Emilio González Martínez (desde el año 2001), ha sido criticado por organismos de derechos humanos y civiles e incluso por otros partidos políticos en su pretensión de reinstaurar la pena capital contra asesinos y secuestradores.
La propuesta le costó, el 10 de febrero, el desconocimiento del Partido Verde Europeo —que agrupa a 36 institutos políticos ecologistas de ese continente— y un serio cuestionamiento a su identidad ideológica.
El senador del PVEM Jorge Legorreta defiende a su partido al señalar que “somos tan verdes” como cualquier partido de Europa.
Insiste en que el Verde es un partido 100% ambientalista. “No hemos descuidado el tema ambiental, 95% de la legislación ambiental ha sido a propuesta en las dos cámaras del Verde”, afirma.
Pero para Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México, el partido es un “camaleón” que retoma iniciativas ambientales, aunque cuando las impulsa en la Cámara de Diputados se pierden por falta de seguimiento.
“No tenemos un partido verde en el Congreso. Tenemos un partido que se mueve con un discurso verde, que se apropia de iniciativas de las ONG, pero no lleva hasta las últimas consecuencias la pelea ambiental porque está muy comprometido con alianzas políticas”, dice.
Ideología fascista
Raúl Trejo Delarbre, experto del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, advierte que contrario a la ideología liberal y progresista de los partidos verdes en todo el mundo, el mexicano tiene una doctrina conservadora e incluso aplica prácticas “fascistas”.
El catedrático de El Colegio de México Sergio Aguayo, quien interpuso una queja ante el Instituto Federal Electoral (IFE) por la propaganda engañosa del Partido Verde, abunda que de “verde” sólo tiene el color.
Incluso, refiere, ya fue expulsado de la Global Verde de partidos europeos, por impulsar la pena capital para secuestradores y asesinos abolida en la Constitución mexicana y prohibida en tratados internacionales que México ha suscrito.
La historia
El partido, propiedad de la familia González, nació en 1986 y su origen fue la organización no gubernamental Alianza Ecologista Nacional en pro del Ambiente. “Si no era posible concientizar a las autoridades sobre aspectos ecológicos, entonces buscaríamos ser gobierno para actuar en consecuencia”, señaló en ese entonces el fundador de este partido, Jorge González Torres.
De acuerdo con su biografía, González Torres es un ecologista formado en el PRI, dueño de la cadena de farmacias El Fénix y hermano de Víctor González Torres, empresario farmacéutico mejor conocido como el Doctor Simi.
En 1987 fundó el Partido Verde de México (PVM) para participar en los comicios de 1988; al no alcanzar su registro como partido, se integró con el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas como su candidato presidencial.
En 1991 cambió su denominación por la de Partido Ecologista de México, pero perdió su registro al no alcanzar 1.5% de la votación requerida en ese momento.
En la elección federal de 1994, ya como Partido Verde Ecologista de México (PVEM) postuló a Jorge González Torres como su candidato presidencial.
Luego de una década en la presidencia del partido (1991-2001) el empresario ecologista heredó la estafeta a su hijo Jorge Emilio González Martínez, señala el politólogo de la UNAM Ulises Corona, quien agrega que al interior se han manejado como un grupo de amigos.
González Martínez, el Niño Verde, es nieto del ex gobernador de Tamaulipas Emilio Martínez Manautou. Es aficionado al deporte, los zapatos Gucci, los trajes Armani y la comida “exótica”. Sus primeros pasos en política los dio a lado de su padre, quien lo impulsó como diputado local, senador y diputado federal.
El Niño Verde
Para los ambientalistas, Jorge Emilio ha mostrado su desconocimiento del tema en varias ocasiones. En 1998, en una entrevista con Katia D’Artigues confundió la composta con la separación de basura y aseguró que sí llevaba una vida ecológica, pues siempre que veía un grillo en su casa, lo sacaba al jardín.
También ha enfrentado acusaciones de corrupción en supuestos actos ilícitos. En 2004, fue exhibido “negociando” el trámite de permisos para un complejo turístico en Cancún, Quintana Roo, por un valor de 2 millones de dólares.
“Yo quería ver qué tan lejos podían llegar estas personas... Quería saber cuál era la capacidad de estos cuates para influir en la autoridad, para conseguir los permisos”, dijo en entrevista con Carlos Loret en el programa de radio Hoy por hoy.
Otra de sus aficiones es pedir encuestas para conocer la intención de voto y negociar con otros partidos. En 2000, se aliaron al PAN de la mano de Vicente Fox; en 2003 suscribieron una coalición parcial con el PRI, que repitieron en 2006, con Roberto Madrazo, y este año en una alianza parcial otra vez con el PRI.
Incluso a nivel estatal se ha aliado con el Partido Nueva Alianza (Panal), que dirige su ex compañero de partido Jorge Kahwagi.
Sus números y camisetas
De 1997 a 2009 el Partido Verde ha recibido 2 mil 717 millones 151 mil 708 pesos de financiamiento público.
En 2006, el Verde se alió al PRI; eso le representó seis senadores, 17 diputados, dos legisladores locales y ocho diputados en el Congreso del estado de México.
Para este año obtuvo del IFE financiamiento público por 304 millones 87 mil 737 pesos divididos en 228 millones 637 mil 396 pesos para actividades ordinarias; 64 millones 954 mil 218 pesos para campaña y 6 millones 859 mil 12 pesos en actividades específicas.
Destaca que en 2007, cuando no hubo elección, el Verde pagó 30 millones de pesos por 2 millones de camisetas.
De acuerdo con una investigación de EL UNIVERSAL, ese año el partido destinó más dinero a ropa con su propaganda que a la publicidad televisiva: 13% de los 223 millones de pesos de financiamiento público que recibió del Instituto Federal Electoral.
Sobre este dispendio, González Martínez explicó: “El dinero que reciben los partidos es para participar en las campañas electorales para que los ciudadanos tengan acceso a los poderes públicos” y en su partido dijo: “Las camisetas son parte importante de las campañas, porque no contaminan, no son plásticos en las calles que generan basura”.
Sin vinculación
En la pasada elección, el PVEM eludió propuestas ecológicas y basó su estrategia de comunicación en pena de muerte, vales de medicinas y educación.
“Estructuralmente hablando son propuestas demagógicas. Si el Estado no tiene para darte educación o salud, entonces que te lo pague. Pero eso la sociedad no lo sabe”, afirma Ulises Corona.
Para Alfonso Zárate, el PV logró reconocer el hartazgo social ante la inseguridad y recuperó el ánimo de venganza de muchos mexicanos que enarbolan la pena de muerte, aunque no tiene viabilidad.
Con él coincide Trejo Delarbre: “Ya tenemos un partido berlusconiano, de una formación fascista y que utiliza la manipulación de la propaganda y de la sociedad como lo hacía Mussolini en la Italia de hace medio siglo. Eso debería preocupar a sus jubilosos aliados del PRI”.
Patricia Arendar dice que otros partidos verdes se vinculan a la gente por su trabajo ambiental, pero el PVEM lo hace con promesas electorales, no ambientales.
Jorge Legorreta insiste: “Nosotros defendemos la vida. Lo que no podemos defender, sobre todo en las circunstancias de inseguridad en la que está el país, es la vida de estos inhumanos que cometen los delitos más crueles”.
Comparó a plagiarios y asesinos con una plaga que daña el tejido social. “Cuando hay una plaga en un bosque, nosotros estamos de acuerdo en que se acabe. Para nosotros este tipo de secuestradores u homicidas son una plaga”, acota.
Al preguntarle si los humanos son plaga, respondió: “Para nosotros, alguien que se atreve a mutilar y matar a niños, yo no lo puedo catalogar como humanos y sí lo son, es una raza muy deteriorada”. Méxioc, D.F./Alberto Morales (El Universal)
Expertos y ambientalistas coinciden que el Verde es una “franquicia familiar” supeditada a intereses políticos de sus aliados electorales. “Es negocio familiar” que se ha aprovechado de sus alianzas y la ingenuidad de la sociedad por medio de propaganda ilegal para ganar posiciones en el Congreso, indican el analista Alfonso Zárate y el politólogo Sergio Aguayo.
Desde su fundación en 1986 bajo el mando del ex priísta Jorge González Torres, ese instituto político ha tenido un comportamiento basado en el pragmatismo de aprovechar a sus aliados, subraya Zárate Flores.
“En el 2000 fueron con el presidente Vicente Fox (PAN); de 2003 a la fecha han ido acompañando al PRI. Es decir, ha sido oportunista en cada elección”, añade.
Desde antes de los comicios del pasado 5 de julio, el partido que encabeza Jorge Emilio González Martínez (desde el año 2001), ha sido criticado por organismos de derechos humanos y civiles e incluso por otros partidos políticos en su pretensión de reinstaurar la pena capital contra asesinos y secuestradores.
La propuesta le costó, el 10 de febrero, el desconocimiento del Partido Verde Europeo —que agrupa a 36 institutos políticos ecologistas de ese continente— y un serio cuestionamiento a su identidad ideológica.
El senador del PVEM Jorge Legorreta defiende a su partido al señalar que “somos tan verdes” como cualquier partido de Europa.
Insiste en que el Verde es un partido 100% ambientalista. “No hemos descuidado el tema ambiental, 95% de la legislación ambiental ha sido a propuesta en las dos cámaras del Verde”, afirma.
Pero para Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México, el partido es un “camaleón” que retoma iniciativas ambientales, aunque cuando las impulsa en la Cámara de Diputados se pierden por falta de seguimiento.
“No tenemos un partido verde en el Congreso. Tenemos un partido que se mueve con un discurso verde, que se apropia de iniciativas de las ONG, pero no lleva hasta las últimas consecuencias la pelea ambiental porque está muy comprometido con alianzas políticas”, dice.
Ideología fascista
Raúl Trejo Delarbre, experto del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, advierte que contrario a la ideología liberal y progresista de los partidos verdes en todo el mundo, el mexicano tiene una doctrina conservadora e incluso aplica prácticas “fascistas”.
El catedrático de El Colegio de México Sergio Aguayo, quien interpuso una queja ante el Instituto Federal Electoral (IFE) por la propaganda engañosa del Partido Verde, abunda que de “verde” sólo tiene el color.
Incluso, refiere, ya fue expulsado de la Global Verde de partidos europeos, por impulsar la pena capital para secuestradores y asesinos abolida en la Constitución mexicana y prohibida en tratados internacionales que México ha suscrito.
La historia
El partido, propiedad de la familia González, nació en 1986 y su origen fue la organización no gubernamental Alianza Ecologista Nacional en pro del Ambiente. “Si no era posible concientizar a las autoridades sobre aspectos ecológicos, entonces buscaríamos ser gobierno para actuar en consecuencia”, señaló en ese entonces el fundador de este partido, Jorge González Torres.
De acuerdo con su biografía, González Torres es un ecologista formado en el PRI, dueño de la cadena de farmacias El Fénix y hermano de Víctor González Torres, empresario farmacéutico mejor conocido como el Doctor Simi.
En 1987 fundó el Partido Verde de México (PVM) para participar en los comicios de 1988; al no alcanzar su registro como partido, se integró con el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas como su candidato presidencial.
En 1991 cambió su denominación por la de Partido Ecologista de México, pero perdió su registro al no alcanzar 1.5% de la votación requerida en ese momento.
En la elección federal de 1994, ya como Partido Verde Ecologista de México (PVEM) postuló a Jorge González Torres como su candidato presidencial.
Luego de una década en la presidencia del partido (1991-2001) el empresario ecologista heredó la estafeta a su hijo Jorge Emilio González Martínez, señala el politólogo de la UNAM Ulises Corona, quien agrega que al interior se han manejado como un grupo de amigos.
González Martínez, el Niño Verde, es nieto del ex gobernador de Tamaulipas Emilio Martínez Manautou. Es aficionado al deporte, los zapatos Gucci, los trajes Armani y la comida “exótica”. Sus primeros pasos en política los dio a lado de su padre, quien lo impulsó como diputado local, senador y diputado federal.
El Niño Verde
Para los ambientalistas, Jorge Emilio ha mostrado su desconocimiento del tema en varias ocasiones. En 1998, en una entrevista con Katia D’Artigues confundió la composta con la separación de basura y aseguró que sí llevaba una vida ecológica, pues siempre que veía un grillo en su casa, lo sacaba al jardín.
También ha enfrentado acusaciones de corrupción en supuestos actos ilícitos. En 2004, fue exhibido “negociando” el trámite de permisos para un complejo turístico en Cancún, Quintana Roo, por un valor de 2 millones de dólares.
“Yo quería ver qué tan lejos podían llegar estas personas... Quería saber cuál era la capacidad de estos cuates para influir en la autoridad, para conseguir los permisos”, dijo en entrevista con Carlos Loret en el programa de radio Hoy por hoy.
Otra de sus aficiones es pedir encuestas para conocer la intención de voto y negociar con otros partidos. En 2000, se aliaron al PAN de la mano de Vicente Fox; en 2003 suscribieron una coalición parcial con el PRI, que repitieron en 2006, con Roberto Madrazo, y este año en una alianza parcial otra vez con el PRI.
Incluso a nivel estatal se ha aliado con el Partido Nueva Alianza (Panal), que dirige su ex compañero de partido Jorge Kahwagi.
Sus números y camisetas
De 1997 a 2009 el Partido Verde ha recibido 2 mil 717 millones 151 mil 708 pesos de financiamiento público.
En 2006, el Verde se alió al PRI; eso le representó seis senadores, 17 diputados, dos legisladores locales y ocho diputados en el Congreso del estado de México.
Para este año obtuvo del IFE financiamiento público por 304 millones 87 mil 737 pesos divididos en 228 millones 637 mil 396 pesos para actividades ordinarias; 64 millones 954 mil 218 pesos para campaña y 6 millones 859 mil 12 pesos en actividades específicas.
Destaca que en 2007, cuando no hubo elección, el Verde pagó 30 millones de pesos por 2 millones de camisetas.
De acuerdo con una investigación de EL UNIVERSAL, ese año el partido destinó más dinero a ropa con su propaganda que a la publicidad televisiva: 13% de los 223 millones de pesos de financiamiento público que recibió del Instituto Federal Electoral.
Sobre este dispendio, González Martínez explicó: “El dinero que reciben los partidos es para participar en las campañas electorales para que los ciudadanos tengan acceso a los poderes públicos” y en su partido dijo: “Las camisetas son parte importante de las campañas, porque no contaminan, no son plásticos en las calles que generan basura”.
Sin vinculación
En la pasada elección, el PVEM eludió propuestas ecológicas y basó su estrategia de comunicación en pena de muerte, vales de medicinas y educación.
“Estructuralmente hablando son propuestas demagógicas. Si el Estado no tiene para darte educación o salud, entonces que te lo pague. Pero eso la sociedad no lo sabe”, afirma Ulises Corona.
Para Alfonso Zárate, el PV logró reconocer el hartazgo social ante la inseguridad y recuperó el ánimo de venganza de muchos mexicanos que enarbolan la pena de muerte, aunque no tiene viabilidad.
Con él coincide Trejo Delarbre: “Ya tenemos un partido berlusconiano, de una formación fascista y que utiliza la manipulación de la propaganda y de la sociedad como lo hacía Mussolini en la Italia de hace medio siglo. Eso debería preocupar a sus jubilosos aliados del PRI”.
Patricia Arendar dice que otros partidos verdes se vinculan a la gente por su trabajo ambiental, pero el PVEM lo hace con promesas electorales, no ambientales.
Jorge Legorreta insiste: “Nosotros defendemos la vida. Lo que no podemos defender, sobre todo en las circunstancias de inseguridad en la que está el país, es la vida de estos inhumanos que cometen los delitos más crueles”.
Comparó a plagiarios y asesinos con una plaga que daña el tejido social. “Cuando hay una plaga en un bosque, nosotros estamos de acuerdo en que se acabe. Para nosotros este tipo de secuestradores u homicidas son una plaga”, acota.
Al preguntarle si los humanos son plaga, respondió: “Para nosotros, alguien que se atreve a mutilar y matar a niños, yo no lo puedo catalogar como humanos y sí lo son, es una raza muy deteriorada”. Méxioc, D.F./Alberto Morales (El Universal)
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